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miércoles, 25 de enero de 2012

Un paseo por la Alta Costura.

5.177.337,5 millones de parisinos a los que les interesa la moda.



Exactamente la mitad de la población.
Al ver esta imagen en blanco y negro de París es fácil, y divertido, trazar una línea imaginaria que separe a esos 10.354.675 millones de personas bajo una sencilla premisa: a los que les palpita más rápido el corazón al pensar en el desfile de Chanel y a los que no.


Una semana de la Moda que, escrictamente, son cuatro días.


27 shows repartidos en un maravilloso calendario en donde desfilan grandes como Versace, Dior, Giambattista Valli, Chanel, Armani Privé, Givenchy, Alexandre Vauthier, Elie Saab, Jean Paul Gaultier y Valentino entre otros muchos.


12.000 macaroons de Ladurée, por día.


Los macaroons de Ladurée son la comida oficial de la Alta Costura; se alinean en cajitas preciosas, son delicados y siempre apetecibles.
Incroyable!


Al menos quince lugares fascinantes y epatantes donde se verán los desfiles.


La localización a la que conduce cada invitación es un sueño: el Grand Palais, la embajada de Brasil, el Museo Bourdelle, el Hotel Shangri-La, los salones Franco-Americanos, entre otros.
Solo con imaginar los primeros acordes de la música de cada desfile y la primera modelo que empieza a caminar por la pasarela se acelera la respiración.


Ocho exigencias inexcusables.


La Alta Costura exige a los privilegiados que forman parte de tan exclusivo club de moda presentar dos colecciones al año con una colección de unos 50 trajes, emplear a un mínimo de 20 personas en el taller de cada couturier, manufacturar los trajes con un mínimo de 100 horas para ello, utilizar telas exclusivas, hacer tres pruebasantes de entregar el diseño, marcar el precio de cada pieza entre los 16.000 y los 60.000 euros y confeccionar como máximo tres modelos por diseño.


Diez elegidos, mas dos invitados.


Cuando se dice que la Alta Costura es un club elitista se hace en términos absolutos.
Un pequeño grupo del que solo forman parte una decena de elegidos: Adeline André, Dominique Sirop, Emmanuel Ungaro, Frank Sorbier, Jean Paul Gaultier, Jean-Louis Scherrer, Chanel, Christian Dior, Christian Lacroix, Givenchy. Junto a ellos, Armani y Valentino figuran como miembros extranjeros.
Así es la exclusiva denominación de origen de la Alta Costura.


Y un magnífico novato.


Hace menos de un mes se hacía pública la decisión de la Federación Francesa de la Costura de aumentar en uno el exclusivo grupo de diseñadores con denominación de origen. El elegido era Giambattista Valli, afincado en París desde 2005, y que había desfilado como diseñador invitado el año anterior. El genio del diseñador a un collar de perlas siempre pegado es tan arrollador que las diligencias burocráticas para pertenecer al club se agilizaron considerablemente ya que, normalmente, se tarda 5 años en ser aceptado.


Dos millones de flores se cortarán y repartirán por toda la ciudad.


Si los macaroons de Ladurée son el menú oficial de los días de la Alta Costura, la moneda de cambio son las flores. Rosas, claveles, girasoles, margaritas, orquídeas, tulipanes y todas las materializaciones florales que el hombre conoce adornan las estancias, salones, desfiles y clubes donde los asistentes de la Alta Costura se van reuniendo grácilmentedurante los días de pasarelas.


1.500 pares de manos.


Los que aplaudieron salvajamente a Dita Von Teese en el desfile de Alta Costura de Jean Paul Gaultier del pasado otoño/ invierno. Dita es una de las más fieles asistentes a las pasarelas de Haute Couture, adorada y referenciada por Alexis Mabille y Gaultier. Este último la invitó a hacer sobre la pasarela uno de sus números de burlesque para demostrar una máxima de moda que comparten ambos:"Desvestirse es un pretexto para vestirse mejor".


Veinte ojos, y dos manos.


¿Cuántos pares de atentos ojos y manos tendrán que vigilar a las modelos? Los récords están hechos para romperse y más en Alta Costura.


Coleccionistas de Alta Costura.


Daphne Guinness, además de haber adquirido el armario completo de Isabella Blow (musa de Alexander McQueen) y de su pasión por la técnica militar aplicada a la moda, materializada en ese alucinante guante de oro y diamantes que suele llevar, es una defensora a ultranza de las maneras de la Alta Costura. En una entrevista con el Telegraph se lamentó de que estuviera "agonizante" por la falta de clientas y de hombres cualificados para llevarla a cabo.



1868, el año en el que empezó todo.


El calificativo de Alta Costura se usa incorrectamente en ocasiones para definir una colección de trajes de noche. La realidad es que va más allá: compromete a las firmas de moda a mantener unos altos estándares de calidad y, a cambio, el diseñador obtiene una protección jurídica. Todo empezó en el siglo XIX cuando un grupo de diseñadores fundaron la Cámara Sindical de la Moda, hoy Federación Francesa de la Costura, con el fin de evitar el plagio de sus vestidos.


Cinco lugares en los que hay que estar.


Como los buenos amigos, los buenos hoteles en París se cuentan con los dedos de una mano. Cuando uno asiste a los desfiles de Alta Costura su residencia debe estar fijada en uno de estos cinco: el Ritz, el Crillon, el Bristol, el Plaza Athenee y el Costes. Cada uno se adapta a la personalidad de sus huéspedes. El Ritz es tradicional y un valuarte de antiguas costumbres. El Costes, en cambio, es para nuevos y adinerados hipsters, jóvenes y adolescentes de clase media y alta, urbanos y con intereses alejados de las corrientes predominantes de la moda y la cultura, como la música alternativa o el cine independiente.


Un número indeterminado de cristales bordados a mano en cada uno de los vestidos del desfile de Alta Costura de Elie Saab.


Este espectacular diseño en un color maravillosamente indescriptible hizo que se detuviera el tiempo. Dos minutos, 120 segundos, de pasos a cámara lenta y sabiendo que todos los esfuerzos para mantener esta forma de moda aún tienen sentido. Un número indeterminado de lágrimas por cada cristal cosido a mano en un taller de París.


150 personas (o más) las que han fingido haber recibido un ramo de rosas de Karl Lagerfeld en su habitación de hotel.



Las flores, como he dicho, son la moneda de cambio durante la Semana de la Alta Costura. Y si se reciben con una tarjeta escrita del puño y letra del Kaiser se convierten en el mayor símbolo de estatus y prominencia social. Así que, si uno no está en la lista deenvíos florales del Kaiser, ¿por qué no fingir que sí está? Es la versión de la montaña y de Mahoma, pero aplicado en moda.


Cuatro pinchos de una moderna corona de espigas.



Una de las creaciones más celebradas de Riccardo Tisci que, junto con el prístino vestido blanco que llevaba su musa, Mariacarla Boscono, se convirtió en inspiración inmediata para novias. Eso sí, diferentes.


Cuatro pinchos de esa moderna corona de espigas para otros once entre la muñeca y los dedos.


Un vestido blanco de tul primorosamente trabajado en un taller de costura por 20 pares de manos, agitado por la violencia de 15 pinchos de oro y una sobria manicura francesa. Esto es Alta Costura.


Dos notables ausencias este año.


Anne Valerie Hash y Maison Rabism han decidido centrarse en el ready to wear y no desfilarán este año en la Alta Costura. Un camino que ya siguieron Saint Laurent, Ungaro, Balmain y Mugler.Esta es una de las razones por las que Daphne Guinness habla de agonía: "Una vez que se empieza a perder artesanos que realmente saben hacer ciertas cosas es como talar un bosque: no vuelve a crecer".


Tres.


Las dimensiones en las que Sthépane Rolland ha trabajado los detalles de los diseños que mostró ayer Martes 24 de Enero: "Cada pétalo de flores ha sido esculpido a mano en cualquiera de los materiales de los vestidos que se verán en la pasarela. La paleta de colores es estricta: rojo, blanco y negro. Hay pocas excepciones, la clave está en la pureza", ha detallado en Vogue. Los diseños Rolland son los favoritos de Beyoncé, Rania de Jordania, Lady Gaga y Yasmine Le Bon. Por eso es conocido como el Caballero Moderno de la Alta Costura.


80's.


La década que referenció Jean Paul Gaultier en uno de sus últimos desfiles de Alta Costura. Mientras sonaba My Way cantada por Sid Vicious, se desató un frenesí cabaret punk en la pasarela, con modelos con flequillo cortado con tiralíneas por encima de las cejas agitando sus cancanes y gritando "Oh La La!", mientras otras maniquíes caminaban hieráticas luciendo crestas súper punkis. Por cada uno de esos árboles talados que no vuelven a crecer a los que alude Daphne Guiness, hay un esperanzador desfile de Gaultier.


Un número X de clientas reales.


Mientras los diseñadores que han decidido dejar de desfilar en la Semana de la Alta Costura argumentando que las nuevas formas de moda no pueden convivir con esta forma tradicional y artesana de confección, grandes Maisons como Christian Dior y Chanel afirman que quedan suficientes mujeres a las que sí les interesa y que sí pueden costear estas creaciones. "Chanel tiene una clientela real y esa es la primera razón para mantener viva la Costura", ha dicho taxativamente Lagerfeld.


Dos formas melodramáticas de vislumbrar el futuro de la Alta Costura.


Karl Lagerfeldtiene otra lapidaria forma de acotar la Alta Costura: "Fue creada para mujeres con vidas privilegiadas y de ésas aún quedan bastantes". Jean Paul Gaultier, por el contrario,  se expresa en otros términos mucho más lapidarios: "Económicamente la Costura es un desastre. Es la forma más pura de expresar la moda que yo hago pero hay tan, tan pocas clientas... Todas se van haciendo mayores y mueren, ¿verdad? De todos modos, me hace mucha ilusión formar parte de esta decadencia porque realmente se está acabando. Es el fin".


Número infinito de todo aquello que la clienta guste y requiera.


Francoise Montenay, presidente de Chanel, dijo en una ocasión: "La Alta Costura es la licenciapara usar absolutamente todo: los materiales más exclusivos, las telas más complejas de conseguir y cortar... Quien adquiere un diseño de Costura jamás lo verá en otra persona, así que tiene derecho a pedir lo que se le antoje y a hacer todos los cambios que considere necesarios hasta que su vestido sea completamente perfecto".


Ochocientos periodistas de moda acreditados para la Semana de la Moda.


Una cifra muy pequeña comparada con la que cubre las Semanas de la Moda Prêt-à-porter, pero directamente proporcional a los desfiles y a la exclusividad inherente a la Alta Costura. A estos cuatro días de moda híper elitista acuden celebrities, pero también se cuentan con los dedos de una mano.
Todas ellas entran en esa ecuación perfecta de macaroons de Ladurée, copas de Veuve Clicquot y flores enviadas a su habitación del Ritz.




En definitiva,
PARÍS FASHION WEEK

6 comentarios:

The trendy frog dijo...

I love fashion week también¡¡¡ el año pasado en Londres me tropecé con la semana de la moda allí, y aunque obviamente no pude entrar si pude notar el ambiente y la cantidad de modelos y coches que se acercaban a las inmediaciones del recinto¡¡
Por supuesto no había macarons de Laduree, que por cierto, están buenísimos, pero también se respiraba mucho glamour¡¡¡

un beso y gracias por comentar mi blog

http://thetrendyfrog.blogspot.com/

Unknown dijo...

Seguro que fue una experiencia bastante grata :)
Gracias por haber venido hasta aquí, espero que te gustase el blog ^^

Un saludo

Whatstrend? dijo...

En resumen, una maravilla! Todos los adictos a la moda querríamos estar allí... Mientas no podemos, tu post nos acerca un poquito más. Buen blog! Nos quedaremos por aquí cerca! xx

What's trend*?-Personal Shopping

Unknown dijo...

Muchas gracias por tu comentario y por seguirme.
Me alegro que te haya gustado, la verdad es que a mi también me ha servido para acercarme un poco a esta vivencia que lamentablemente no puedo permitirme en la realidad.

Gracias de nuevo y un saludo

Inma Orduna dijo...

¡Qué post tan bonito! Tienes un blog precioso!!!me ha encantado!!!!me quedo me quedo!

Gracias por tu comentario ;-)

Besos rojos!

Unknown dijo...

Muchas gracias, guapísima!
Me alegra que te haya gustado y que te quedes conmigo aquí jaja

Un saludo enorme y gracias también por tu comentario.