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lunes, 23 de enero de 2012

El imperio de Chanel.



La artesanía es un valor añadido y aún más en una época en la que la moda rápida se encuentra en su mejor momento. Por ello, son muchas las grandes firmas de lujo en las que el valor artesano se destaca como diferencia. Una de ellas es Chanel. La maison francesa ha dedicado mucho esfuerzo y tiempo a comprar talleres artesanales y a destacarlos, creando incluso un desfile dedicado a ellos: el Chanel Métiers d’Art.


Entre los talleres que la firma tiene en cartera hay orfebres, zapateros, sombrereros, artesanos bordadores, especialistas en la creación de botones, en flores y en plumas. Los ocho franceses y con una larga trayectoria en el negocio artesano. Todos los talleres que Chanel posee, a través de su subsidiaria Paraffection, tienen historia.


Massaro
Massaro es uno de ellos. El taller francés fue fundado en 1894 por el zapatero Raymond Massaro y comprado por Chanel en 2001. Aunque hasta esa fecha no pertenecía a la maison francesa, el taller llevaba décadas trabajando para la firma. Un ejemplo de ello es el conocido zapato bicolor que presentó Gabrielle Chanel en 1959 y que era obra de Massaro.

Con una plantilla que no supera la docena de trabajadores, el taller sigue trabajando artesanalmente las piezas que crea. Además de para Chanel, Massaro, dirigido en la actualidad por Philippe Atienza, también trabaja para otras firmas como Alaïa. Atienza asumió la dirección del taller en 2008, cuando el sucesor de Raymond Massaro se retiró, con más de ochenta años, y le eligió como su sucesor.

Además de firmas de moda, el taller también ha calzado a mujeres como la Duquesa de Windsor, Romy Schneider, Marlene Dietrich y Elizabeth Taylor y ha sido el zapatero oficial del rey Hassan II de Marruecos.



Goossens
Otro de los talleres, en este caso orfebre, es Goossens. Fundado en 1950 por Robert Goossens, el taller de orfebrería y joyería está actualmente dirigido por su hijo Patrick Goossens. El fundador del taller conoció a Gabrielle Chanel en 1953 y ella lo convirtió, en poco tiempo, en uno de sus proveedores habituales. A partir de ese momento, el taller comenzó a servir a muchas más firmas: Balenciaga, Rochas, Yves Saint Laurent, Guerlain y Marc Bohan para Dior son algunos ejemplos.

Goossens, que cuenta con una plantilla de medio centenar de personas, entró a formar parte de Chanel en 2005 y actualmente, además de servir a firmas cuenta con una línea propia creada por Martine Goossens, hija del fundador.

(Desfile de Alexandre Vaultier donde los accesorios son de Goossens)


Maison Michel
Uno de los complementos fetiche de Gabrielle Chanel eran los sombreros. Y un taller artesanal que los fabrique no podía faltar en la cartera de la compañía: Maison Michel.

El taller de sombreros lo fundó Auguste Michel en 1936 en París. El fundador se retiró en 1968 y el relevo lo tomaron Pierre Debard y su mujer Claudine quienes compraron la empresa. Debard utiliza las máquinas de coser Weissmanns para la creación de grandes sombreros con costuras invisibles. Esta técnica le permitió servir a diseñadores como Pierre Cardin e Yves Saint Laurent.

Tras sus primeros clientes, la Maison Michel se convirtió en proveedor de sombreros para los desfiles de alta costura de firmas como Chanel, Nina Ricci, Givenchy, Laroche, Lanvin y Christian Lacroix. Finalmente en 1996 Chanel compró el taller.

Laetitia Crahay está al frente de la dirección artística del taller desde 2006 y actualmente, además de grandes firmas de moda, Maison Michel crea sombreros para óperas, obras de teatro y parques de atracciones como Disneyland Resort Paris.





Maison Lemarié
Los sombreros no son los únicos accesorios que la firma francesa distribuye y, además, siempre van decorados. Por eso Chanel también cuenta con la Maison Lemarié y la Maison Guillet, especialistas en el tratamiento de plumas y de flores respectivamente.

La Maison Lemarié fue fundada en 1880 por Palmyre Coyette y se posicionó como el taller de plumas más importante de Francia. La maison trabajaba, por aquel entonces, para compradores al por mayor y para grandes almacenes. Lemarié exportaba el 50% de sus productos.

En 1946 el nieto de Coyette, André Lemarié terminó sus estudios y decidió involucrarse en la empresa familiar. En ese momento la Maison Lemarié comenzó a trabajar para la alta costura francesa: Christian Dior, Balenciaga y Nina Ricci son algunos de los creadores con los que trabajó.

Actualmente Lemarié es prácticamente el único taller artesanal de plumas que queda en Francia. La compañía se incorporó al conjunto de talleres de Chanel en 1996.



Maison Guillet
Por otro lado se encuentra la Maison Guillet, dedicada al tratamiento y confección de flores. El taller fue fundado en 1896 y, en sus inicios, decoraba escaparates de tiendas parisinas. Con el tiempo Guillet se ha diversificado y ha terminado trabajando tanto en el mundo de la decoración como en el mundo de la moda.

Los artesanos de la Maison Guillet trabajan con más de 10.000 matrices de pétalos, flores y hojas que les ayudan a accesorizar las colecciones tanto de alta costura como de prêt-à-porter de muchas firmas. Entre ellas Chanel, a la que se unió en el año 2006.




Maison Lesage
Entre los artesanos bordadores se encuentra la Maison Lesage. El taller fue impulsado por Albert Lesage y su mujer Marie-Louise Favot, que compraron la casa de bordados Michonet en 1924. A partir de entonces el taller se hizo conocido y comenzó a servir a grandes nombres de la moda como Paul Poriet y Madeleine Vionnet.

En 1949 el fundador falleció y su hijo François Lesage asumió la dirección de la empresa. Bajo la dirección del hijo del fundador, el taller trabajó para firmas como Chanel, Dior, Yves Saint Laurent, Gaultier y Lacroix.

En 2002, Chanel compró Maison Lesage y, de este modo, pasó a formar parte de la cartera de talleres de la firma y con ella su archivo de más de cuarenta mil muestras de bordados.
Este taller ha sufrido un cambio sustancial ya que su fundador, François Lesage, murió tras una larga enfermedad. Por ello, Chanel nombró a Hubert Barrère como nuevo director artístico.


Desrues
El taller especialista en botones Desrues es otro de los talleres con los que cuenta Chanel. Comenzó su andadura como compañía en el año 1929 por Georges Desrues. El fundador había trabajado antes para Chandelier, uno de los orfebres más conocidos de París y creó joyería y accesorios para los mejores creadores de moda de la época.

La influencia de Desrues en Chandelier fue tal que convirtió a la compañía en el único proveedor de joyas y accesorios de Madeleine Vionnet. Cuando en 1929 el fundador de la empresa en la que trabajaba Desrues se retiró, él tomó las riendas del negocio y trabajó para creadores como Lanvin, Dior, Chanel e Yves Saint Laurent.

Las primeras colecciones de botones que realizó para Chanel las hizo en 1965 y pronto se convirtió en su proveedor favorito para finalmente, en 1984, transferir el control de su empresa a la maison. Aún así Desrues trabajó hasta su muerte, en 1992.



Montex
El otro taller de bordados del que Chanel es propietaria es Montex. Esta ha sido la última incorporación a su cartera de ateliers. Montex, fundada en 1949, es una empresa de bordados que trabaja para firmas como Yves Saint Laurent, Dior, Valentino, Givenchy, Louis Vuitton, Celine y también para la propia Chanel.

La maison francesa ha adquirido Montex, que cuenta con una plantilla de 30 empleados, y con su dueño Bruno Bacus, que planea jubilarse.



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